Las gélidas temperaturas y las ilimitadas extensiones de nieve ayudan a comprender la vida del próximo Tester. Nos encontramos en Barrow (Utqiagvik en la lengua local), en el extremo norte de Alaska donde vive Eiben, un nativo iñupiat, guardián de osos polares. Un trabajo fascinante y sin duda único: «Aquí, en el extremo norte, las temperaturas pueden llegar a los -70 °F». Lo seguimos con entusiasmo y curiosidad hasta que avistamos uno de estos extraordinarios animales.

«Cuando me encuentro con un pequeño oso polar, voy a por mi equipo fotográfico y hago volar mi dron [...]. Conseguir este tipo de contenido [...] es una sensación gratificante, [...] es algo que no le pasa a muchas personas».

Llegar a Barrow es «otra expedición en la expedición», pero la experiencia que vivimos gracias a Eiben compensa enormemente el largo viaje. «Cuando me encuentro con un pequeño oso polar, voy a por mi equipo fotográfico y hago volar mi dron [...]. Conseguir este tipo de contenido [...] es una sensación gratificante, [...] es algo que no le pasa a muchas personas». Lo primero que pensamos fue que muchos vídeos e imágenes que habíamos visto y apreciado de estas criaturas polares podrían haber sido precisamente obra suya.